Falleció el hermano Sigfrido Grimau Miquel, defensor de la memoria del exilio español
La Gran Logia de Chile despidió con profundo pesar al hermano Sigfrido Grimau Miquel, uno de los últimos sobrevivientes del histórico viaje del Winnipeg, quien falleció esta semana. Sus funerales se realizaron en el Cementerio Parque del Recuerdo, tras haber sido velado el día anterior en el Club de la República de la Gran Logia de Chile.
Nacido en Tarragona, España, el 10 de marzo de 1932, llegó a Chile a los siete años como parte de los más de 2.200 refugiados que viajaron a bordo del Winnipeg, buque gestionado por el poeta Pablo Neruda en 1939, en colaboración con el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). El arribo de este grupo de exiliados a Valparaíso el 3 de septiembre de ese año marcó un hito de solidaridad internacional y enriqueció cultural y humanamente al país.
El hermano Grimau Miquel fue un firme defensor de la memoria histórica del exilio republicano. Participó en múltiples actos conmemorativos, entrevistas y publicaciones destinadas a visibilizar la experiencia de los pasajeros del Winnipeg. Su testimonio fue recogido por medios como el blog del periodista Joaquín Kamal, la plataforma Al Día, y diversas instancias de la comunidad española en Chile. Se le reconoció no solo por preservar la historia, sino por personificarla con dignidad y coherencia.
De oficio sastre, desarrolló una vida laboral marcada por la excelencia. Su nombre fue sinónimo de confección precisa, gusto refinado y respeto por los cánones del vestir tradicional. Con su partida se pierde también un eslabón de esa generación de eximios sastres, cuya tradición y oficio se encuentra hoy en vías de extinción.
En el ámbito masónico, integró por más de seis décadas la Logia Iberia N° 51, donde ingresó en 1962. Ejerció diversos cargos, entre ellos Presidente de la logia entre 2015 y 2017, miembro del Tribunal de la Logia y docente de la Escuela de Docencia Masónica Jurisdiccional.
El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, se refirió a su legado señalando:
“El hermano Sigfrido Grimau Miquel fue un testimonio vivo de la fraternidad y del valor de la memoria. Su historia de vida representó el esfuerzo, la superación y la transmisión de los valores que dignifican tanto a la persona como a la institución. Con su partida, se va no solo un hermano, sino una parte de nuestra historia compartida con la humanidad”.